En un partido con final no apto para cardíacos, el dominicano José Cabrera dominó con elevado por la derecha a Wilson Ramos, con el empate en tercera, para preservar la ventaja de Caribes de Anzoátegui, que despachó 8-7 a Tigres de Aragua en el séptimo y decisivo partido de la gran final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, en un resultado que le sirvió para conquistar su primer título dos décadas luego de entrar al circuito en la expansión de 1991.
Luis Jiménez, César Suárez y Josh Kroeger dispararon cuadrangulares para encabezar el ataque de la tropa anzoatiguense, que encarriló la conquista en las dos primeras entradas, al explotar a César Ciurcina, abridor felino, y Carlos Vásquez, relevista, con seis anotaciones.
Además, Jiménez empujó cuatro anotaciones para llegar a 12 en la serie y empatar el récord en finales que antes compartían Carlos Quintana (92) y Adrian Garret (74).
La oncena oriental, dirigida magistralmente por el dominicano Julio Franco, en su primera experiencia como piloto, dominaba la pizarra por 6-0, pero Aragua despertó con un racimo de cuatro anotaciones en el tercer acto para acercar la pizarra y reavivar sus esperanzas de remontada.
Sin embargo, el zurdo Alexander Herrera, de notable actuación a lo largo de la serie decisiva, se encargó de ponerle freno a la ofensiva rayada, con un impecable trabajo de 5.2 entradas, en el que aceptó apenas una rayita, justo en un noveno acto de infarto, en el que Tigres amenazó con aguarle la fiesta a los orientales.
Luis Jiménez, César Suárez y Josh Kroeger dispararon cuadrangulares para encabezar el ataque de la tropa anzoatiguense, que encarriló la conquista en las dos primeras entradas, al explotar a César Ciurcina, abridor felino, y Carlos Vásquez, relevista, con seis anotaciones.
Además, Jiménez empujó cuatro anotaciones para llegar a 12 en la serie y empatar el récord en finales que antes compartían Carlos Quintana (92) y Adrian Garret (74).
La oncena oriental, dirigida magistralmente por el dominicano Julio Franco, en su primera experiencia como piloto, dominaba la pizarra por 6-0, pero Aragua despertó con un racimo de cuatro anotaciones en el tercer acto para acercar la pizarra y reavivar sus esperanzas de remontada.
Sin embargo, el zurdo Alexander Herrera, de notable actuación a lo largo de la serie decisiva, se encargó de ponerle freno a la ofensiva rayada, con un impecable trabajo de 5.2 entradas, en el que aceptó apenas una rayita, justo en un noveno acto de infarto, en el que Tigres amenazó con aguarle la fiesta a los orientales.
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